La cosa es, que de vez en cuando, el viento se me trepa a la cabeza, el agua me quema los dedos, el fuego me apaga las penas y entonces me doy cuenta que alguien al otro lado del mundo siente algo y se lo calla, alguien en el otro extremo del café, siente algo y se lo calla y yo, me muerdo los labios, cierro los puños, me tapo los ojos y solo comienzo a escribir, quizas, no es lo mejor, pero a menos puede provocar nauseas, eso,de donde vengo, es un avance...
quizas.
Aunque el yo poeta que nace cada vez que ella me mira se sienta aprisionado en la paredes de mi cuerpo, esto es un homenaje a la mujer que me empujo a los confines de mi recipicio, es ella la que teme que yo, sea quien soy, ¿puedo cambiarlo?, ¿debo?.
jueves, 26 de agosto de 2010
(...)
Quiero pensar que en mi sueño estarás allí, con tu short de mezclilla y tu sombrero verde... maldición no puedo soñar como antes
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